Después de muchas lunas nos reunimos, esta vez la marcada diferencia era que no estábamos solos. Son mis amigos de toda la vida, todo empezó en el colegio cuando aun nuestras edades se contaban en números de un solo digito, y como era de esperarse gravitamos los unos hacia los otros por la simple razón de ser un tanto singulares.
Como dije antes, esta vez vinimos acompañados de nuestras respectivas parejas (algunos ya casados, otros a punto de y otros… uhmmm… dejémoslo ahi… jajaja!!!), ellas todas de apariencia dócil y dotadas de mucha paciencia. No podía ser de otra manera. Al transcurrir los años han pasado por el grupo varios integrantes efímeros que nunca pudieron o supieron integrarse a la manera tan particular de nuestro colectivo comportamiento. Tal como lo recalco la hermana de “el loco”, a quien llamamos cariñosamente “la loca”, siempre hemos sido una sarta de jodidos, y YO creo que me llevo las palmas como el mas “crudamente honesto” (aunque mi buen amigo F.A. lo resumió en un clarísimo “jijuna”).
Al margen de los detalles de cada una de nuestras personalidades, el asunto es que nos hemos soportado hasta el día de hoy, nos divertimos, conversamos, discutimos, bebemos y reímos hasta que nos duele la barriga cada vez que nos vemos todos o algunos de nosotros. Pero lo mas sorprendente para mi esta ultima vez que los vi., fue notar la presencia “integrada” de nuestras “damicelas en desgracia” (en desgracia por habernos elegido como sus “peor es nada”… jajaja!!!).
Ellas (aunque mal paguen) parece que han aprendido a convivir con nuestro colectivo comportamiento, donde abunda la chacota, las frases claras, las discusiones alturadas, las risotadas y, sobretodo un desparpajo y desdén ante muchas llamadas buenas costumbres que desde adolescentes criticamos. Felizmente los años (al menos eso creo yo) han apaciguado las demostraciones públicas de nuestro colectivo comportamiento y estoy seguro que en nuestras vidas privadas este no se manifiesta con la intensidad grupal que nos caracteriza.
El mimo tiene en su esposa a alguien que comparte con el varios de sus hobbies, F.A. encontró una novia que ha sabido esperarlo para que por fin siente cabeza, la señora de el loco es un pan de Dios, la flaca de Julito sonríe con gracia, el Cochis encontró a su jefa (la horma de su zapato), Punkeke a su metalera, y Yo fui rescatado por una chica dotada de candor para apaciguar mis ratos de mal humor y un nivel de sátira a la altura de MIS necesidades… jajaja!!! El caballero del mar solo por ahora pero sin temor a equivocarme que es por convicción, la del chino es un misterio, el gordo sabe Dios y benitobodoque también.
Por eso, esta vez, he reconocido que ellas seguirán con nosotros y nosotros con nosotros mismos “hasta que el cuerpo aguante”. Pero esto me lleva a reflexionar y anotar que debemos moderarnos cuando este colectivo comportamiento amenaza con subir su tono en nuestras vidas privadas. De lo contrario, en el caso de ellas, el “hasta que el cuerpo aguante” no será muy extenso… jajaja!!!
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