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Tuesday, November 23, 2010

Open vs Closed: El mundo online en guerra

Para quien sigue las noticias sobre la Internet y las telecomunicaciones a diario, lo que diré a continuación no debería ser ninguna novedad: el mundo online esta en guerra. Pero no me refiero a una guerra del ciberespacio donde los hackers de un bando atacan a los de otro, o estos se agrupan para dar de baja algunos servidores de cualquier gobierno que nos les parezca simpático. No. Me refiero a la pugna entre las empresas que apuestan por un mundo online abierto - Open - contra las empresas que buscan florecer en uno cerrado - Closed - y por ende controlado.

En el proceso, los gobiernos se alinean o simplemente son dejados al margen. Pues si aun no te haz enterado, en nuestro maravilloso mundo globalizado, una empresa con suficiente poder económico puede hacer mas que cualquier gobierno o país. De hecho muy posiblemente ya lo hacen (lobbies de por medio). Eso si no esperes ver un anuncio de TV publicitando sus fechorías. El trofeo en juego ya no es un territorio geográfico burdamente delimitado por acuerdos internacionales. El botín esta en el control (o falta de este) de la Internet, en la preferencia de las billeteras de los net-citizens, y el acceso a la información que al día de hoy disfrutamos sin mayor interferencia.


El detalle esta en la forma de tomar el botín. Por un lado están los que quieren el control casi absoluto del medio, los usuales ISP como AT&T, Verizon, Comcast o Telefónica por mencionar algunos. En una esquina cercana están los que predican saber mejor que tú - el usuario - lo que tú quieres de tu experiencia en la Net; claros ejemplos son Apple y Facebook entre otros. Un poquito mas allá están los tradicionales imperios de la información tratando de no extinguirse abrazándose de lo que sea: News Corp y compañía, mas los productores y distribuidores de música, TV y cine. Y a todos ellos se unen los gobiernos que echan al tacho la neutralidad en la red; como es el caso de Inglaterra.

En el otro lado, están quienes queremos libertad e igualdad absoluta en la red de redes. Donde nadie debería decidir que mi acceso a determinada página web o servicio sea mas rápido que a otra distinta por el simple hecho de que no tiene un "acuerdo" con el ISP. Donde yo tengo el control absoluto del producto que elijo adquirir, sin que el fabricante me diga que puedo y que no puedo hacer con mi equipo. Donde puedo compartir cualquier información que me parezca con mis amigos/familiares/conocidos/contactos sin el temor a que esta sea inspeccionada, completamente bloqueada o quizás eliminada por el simple hecho de que a "alguien" no le gusta o no le da la gana. Donde mi creatividad no tiene limites mas que los de mi imaginación sin tener que pedir permiso a quien "legalmente" tiene los derechos del material, menos aun si este ya es parte del dominio público.

Es decir, la guerra online es entre quienes queremos mantener nuestro derecho a elegir entre un mundo de opciones versus quienes quieren controlar el donde, como, cuando y porque accedemos - si es que lo permiten - a este mundo de opciones online. Por eso, desconfía de todas las empresas poderosas en la Internet, sin importar incluso que su mantra sea "Don't be evil". El poder siempre las corrompe, y su codicia las ciega. Finalmente, a riesgo de sonar paternalista y odioso, igual lo diré: Están avisados, luego no se quejen.

Abiertamente.

Friday, April 16, 2010

Deten La Catastrofe

Deten la Catástrofe, o por su titulo original "Stop The Catastrophe. Greenpeace.", fue - ojala aun lo sea - una campaña diseñada para la organización Greenpeace (supongo que a estas alturas de nuestras vidas no tengo que explicarte que hace esta organización, ¿no?) por la agencia de publicidad Saatchi & Saatchi en Bucharest, Romania, mas datos aquí. Lo genial es la imagen de la campaña en cuestión que acompaña este post, y su mensaje es directo, ¿verdad? (dale click a la imagen para mayor detalle si no notas al leñador).


Desde hoy adornara este blog en su respectiva sección. Ah! Casi me olvido de mencionar que llegue a dar con esta imagen gracias al genial post del blog La Kincalla.

Ecológicamente.

Wednesday, April 7, 2010

La necesidad de ser infiel

Aha! Seguro estas leyendo esto porque piensas que hablare de la infidelidad en una relación de pareja, ¿no? Bueno, no estas del todo equivocado ni tampoco del todo correcto. Me he dado cuenta, a estas alturas de mi vida, que no puedo serle fiel a nada - a nadie es otra historia. Es mas, creo que no ser fiel es una necesidad que casi podría afirmar tiene raíces en el Genoma humano, o en todo caso en el condicionamiento social de nuestra especie. Veamos, cuando naces el centro de tu atención es tu mamá y/o papá, luego este pasa a tus juguetes, mas adelante a tus amigos, a tus cosas (para los mas materialistas), a tu pareja, a tu trabajo, a tu nuevo trabajo, a tu nueva pareja, y así hasta el final de tus días, mas o menos.

Entonces, porque tu fidelidad a la Iglesia Católica no puede ser cuestionada. No por nadie mas, si no por ti mismo. Estoy seguro que en algún momento de tu vida haz dudado hasta del amor de tus padres, con mayor seguridad el de tu pareja, y probablemente también del cariño de tus amigos(as), ¿o no? Se me hace algo tan natural, digo, el por lo menos cuestionar si mi fidelidad a la Iglesia Católica aun debería continuar. ¿Que de malo tiene probar de otras religiones aunque sea por un instante? ¿Acaso no es posible que estas otras sean mejores para tu persona? ¿Le estarías siendo infiel a tus creencias por el simple hecho de escuchar o aprender las de otras religiones? Vamos, preguntatelo, no me respondas, a mi no es a quien tienes que convencer o justificar tu fidelidad, salvo a ti mismo y por supuesto a Diosito.


Pero, detengámonos un momento a pensar si nuestra fidelidad a la religión Católica tiene que pasar necesariamente por una adhesión incondicional a su centro administrativo y religioso ubicado en Roma. Seguro dirás que soy un pecador - bueno ya me lo han dicho antes, ademas no es novedad, lo soy - o que soy un hereje, que debo arder en la hoguera por si quiera sugerirlo, es mas, hasta el pensarlo dirán algunos es pecado suficiente para que me excomulguen. Bueno, y si así lo hiciera el Papa, ¿que habré perdido? ¿La gracia de Dios? No creo, Dios castiga pero también es misericordioso. Lo curioso es que su principal representante en la tierra, el actual Papa Benedicto XVI, parece que solo sabe ser misericordioso con los sacerdotes pedófilos y castigador con todo aquel que critica a "su" Iglesia Católica.

Entonces, ¿no cabe la posibilidad de que, en algún momento de la historia de la Iglesia Católica, su centro administrativo y religioso en Roma perdió el rumbo? ¿no es razonable pensar que los Papas se han equivocado? que si bien puede ser cierto que su palabra es la ultima en cuestiones de fe, ¿en el caso de aplicar sanción a los sacerdotes pedófilos ha caído en pecado grave al no hacerlo? El Papa, como todo ser humano, no esta libre de error, no es Dios, no es siquiera un Santo (condición discutible pero no ahora), es el encargado de dirigir el rebaño tal y como se lo pidió Jesús a Pedro según las escrituras (autenticidad de las mismas también discutible pero no ahora), y sinceramente no creo que el actual ni sus antecesores hayan hecho una buena labor dadas las denuncias en los centenares, quizás miles, de casos de pedofilia registrados; ni que decir de otros abusos que aun continúan en silencio.

Papalmente.

Tuesday, December 29, 2009

Una década de ilusiones perdidas

El articulo original "A decade of lost illusions" fue publicado el pasado Domingo 27 en la sección Insight del diario San Francisco Chronicle, y fue escrito por John Diaz. Esta es una traducción del mismo gracias al servicio de Google Translate y unas cuantas correcciones de mi parte.

"Hace diez años, estábamos contando con temor la final del mundo tal como lo conocíamos. El temor de que las tecnologías de las que habíamos llegado a depender se vaporizarían cuando el reloj diera las cero en el nuevo milenio fue nuestra obsesión en los últimos días de la última década.

Muchos estadounidenses se resguardaron en casa, preparándose para el cierre del Año 2000 de redes eléctricas, cajeros automáticos, las centrales nucleares y casi cualquier otra cosa con un cable de alimentación y un chip de computadora. El gobierno de EE.UU. nos advirtió en contra de viajar al extranjero, los departamentos de policía cancelaron todas las vacaciones, la gente se abastecieron de alimentos y otros artículos esenciales.

Si tan solo lo hubiéramos sabido. La tecnología no nos fallaría en esta primera década del siglo 21. En todo caso, sería sorprendentemente mas rápida y más sofisticada, y nuestra dependencia en ella sería más completa.

Pero el mundo cada vez más pacífico, próspero, seguro de si mismo se iba a romper en mil formas, por la fragilidad humana que no se puede encontrar en la estructura binaria de un computador.


(La Tarde o Las Ilusiones Perdidas, 1843, por Charles Gleyre)

La codicia. La soberbia. El odio. El abandono. La ingenuidad. Las computadoras no pueden ser culpadas por traer el sistema económico del mundo al borde del colapso, el derretimiento de los glaciares o de causar que cuatro aviones secuestrados causaran muerte y destrucción el 11 de septiembre del 2001. En su extensión las computadoras tuvieron un papel de soporte en los acontecimientos más destructivos de la década, fue así por que ellas se comportaron según sus instrucciones.

Esta fue la época que ha levantado el telón de la certeza que los norteamericanos teníamos en la seguridad de nuestros trabajos, nuestros hogares, nuestros planes de retiro 401(k), la veracidad y la competencia de nuestro gobierno - y, quizá lo más escalofriante, la capacidad misma de la fuerza militar más poderosa del mundo para que nos proteja de un ataque de un genio malévolo trazado en una tierra medieval muy lejana. Esta década también vino y se fue sin un compromiso firme para hacer frente a la aceleración del cambio climático, pese a las pruebas amontonadas de que la actividad humana ha estado poniendo al planeta en serio peligro.

Incluso nuestro gran pasatiempo nacional, el béisbol, ha demostrado estar infectado con un impresionante nivel de engaño que malbarató el heroísmo de los home-run que estábamos celebrando en la década de 1990.

Sí, nos despertó el 1 de enero de 2000, con una sensación de euforia, o al menos un alivio, de que habíamos domesticado una tecnología que parecía a punto de volverse contra nosotros.

Salimos de esta década de iPods, teléfonos con cámara y amistades en Facebook más elaboradas, y más adictos que nunca a las maravillas de la tecnología. También salimos con menos motivos para confiar nuestro bienestar personal, y mucho menos la condición de la Tierra para las generaciones futuras, a los gobiernos y las instituciones que los seres humanos han creado. Los errores latentes del Año 2000 que provocaron guerras, que se robaron los sueños y destruyeron vidas fueron programados por gente, no por computadoras.

Esta fue, de hecho, una década de ilusiones perdidas." - John Diaz.

Ilusoriamente.