Llevo buen tiempo leyendo los blogs de el diario El Comercio, y uno de los que mas disfruto es sin duda alguna Confesiones de Taxi. Entonces, uno de esos dias que estuve por mi renovada Lima (dicho sea de paso ya no me parece tan horrible, pero hablare de eso en otro post) y tuve que tomar un taxi para un tramo medianamente largo, puse en practica lo que el autor del mencionado blog hace: recoger historias de los taxistas.
Debo anotar que el taxi no era muy comodo, una station wagon blanca, y la limpieza no era precisamente su fuerte tampoco, pero el chofer era bastante conversador y conto varias cosas en los casi 30 minutos de carrera hacia la casa de mis papas. Tratare de poner todas aquellas que aun recuerdo.
La conversacion empezo al mencionar mi sorpresa de ver al chofer enjaulado, asi es! Parece que de un tiempo a esta parte en Lima existe la practica de instalar una jaula de tubos y malla metalica que rodean al conductor, dejandole espacio para pasar el brazo hacia el lado del asiento del copiloto y recibir el pago. Segun explico el taxista es por razones de seguridad, asi si lo asaltan y se quieren robar el vehiculo el sale facil al evitar la jaula que los ladrones lo sujeten. Ademas el auto tiene trabagas, con lo cual los ladrones no llegarian muy lejos. Entonces, esta jaula desanima completamente a los delicuentes pues parece que la razon por la que se roban estos vehiculos es para re-venderlos, donde? eso si no me dio razon.
(Gracias a www.ricenpeas.com, ese dia no tenia la camara conmigo)
De entre las historias la que mas me llamo la atencion fue la algarabia que se desata entre las prostitutas y sus regentes cuando un barco de origen japones se ancla en nuestro primer puerto. Segun comenta el taxista, las "damitas" se visten de lo mejor y salen rumbo al Callao donde los ponjitas las esperan ansiosos y las tratan como si fueran sus enamoradas, rapidamente dejan los bares de la zona, se las llevan a comer a un buen lugar, las tratan como reinas, van luego a algun hotel respetable y finalizan la jornada con una jugosa propina ademas del pago por los servicios prestados. En contraste, comento el chofer, los chinos no son tan dadivosos, regatean pero al final siempre pagan lo acordado, obviamente no van a cenar ni se quedan en hoteles costosos. Pero lo que si me quedo grabado es que los peores son los koreanos, siempre regateando y al final no quieren pagar, ademas son pegalones y siempre ocasionan problemas.
De estos problemas, me cuenta el taxista con un acento que no llegue a descifrar, le ha ocurrido que los koreanos nunca dicen el lugar exacto de donde termina la carrera, cuando estan en el sitio originalmente indicado el pasajero koreano dice que se equivoco y que es mas alla. Como era de esperarse no quieren pagar mas, y hasta muestran un billete grande a la hora de cancelar. Obviamente los taxistas no tienen cambio y estos apuran diciendo que "no tienes cambio? mala suerte entonces!", se bajan y no pagan.
Al parecer el taxista la tiene bien clara con los koreanos, incluso manifesto que se ha vuelto un experto en distinguir entre japoneses, chinos y koreanos. Tanto es asi que me conto que ni bien se instala algun koreano en Lima inmediatamente se compra auto, y hay de uno si le mete el carro a un koreano, este viene luego y te mete el carro con todo sin importar que lo choquen o no, es decir ellos ganan si o si. Ademas, agrego mi interlocutor al volante, son peleadores. Se agarran a golpes sin mayor remordimiento y van a ganador hasta quitarte la vida si es posible. Por su forma de ser, cuenta el chofer, se han instalado en el emporio de Gamarra y han desplazado a los judios de antes. Afirma tambien que junto con los punenhos estos son la fuerza que mueve y controla el comercio en Gamarra.
Finalmente, el parlanchin del chofer, agrego que no hay nada peor que la mafia de los policias en el Peru, que segun leyo o vio o escucho en algun lugar, es una de las mas poderosas del mundo despues de la italiana y la japonesa (cosa que yo dudo pero uno nunca sabe). Cuenta que a los policias que viajan en patrullero les cobran US$ 10.00 diarios por el "privilegio" de usar el vehiculo, entonces no es de sorprender que a el (un humilde taxista) lo paren siempre que pueden y le pregunten directamente "cual es tu problema?" y de acuerdo a este vendria el monto del arreglo. Por eso, ellos nunca pasan los datos de la placa por el sistema, porque entonces al final del dia tendrian que hacer un reporte de lo que paso con el vehiculo. Por la misma razon, estos dificilmente detienen autos particulares en buen estado o que se ven nuevos porque saben que los conductores no aceptarian "colaborar" con algunos soles.
Al llegar a mi destino, le agradeci al chofer el haberme puesto al tanto de las fechorias de los koreanos y de la supuesta mafia de la policia, pero lo que mas agradeci fue haber hecho el viaje tan entretenido en medio de un trafico que sigue igual de caotico como la ultima vez que visite Lima.
Gracias por leer.
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