Uhmmm... gimnasios... realmente otro mundo, tal y como lo describe este post en el nuevo blog "Guata Ingrata" al que me he vuelto adicto leyente y claro, obviamente, porque me siento identificado con el padecimiento de Cebaz... en fin... en mi vida hasta el dia de hoy solo he pasado por 4 gimnasios.
El primero por el que pase fue cuando apenas tenia libreta militar y decidi seguirle los pasos a Schwarzenegger tras quedar impresionado por su presencia en "Conan el Barbaro", como asistia con mis amigos me importaba poco el resto de la gente, solo conversabamos con los instructores que eran el ejemplo a seguir para desarrollar los musculos, la aventura duro solo 3 meses. Pero de esta experiencia recuerdo bien que habian unos "tios" exhibicionistas cuya vida social aparentemente giraba en torno al gimnasio, eran los tiempos en que no habia maquinas electricas, habian dias para hombres y dias para mujeres, y la dieta se enfocaba en quemar grasa y aumentar musculatura, llegue a hacer unas 300 abdominales diarias... ahhh... tiempos aquellos.
El segundo fue ya cuando "la guata" amenazaba dominar mi existencia y la base 3 estaba tan solo un par de "años grasa" de distancia, me sentia mal conmigo mismo... como habia dejado crecer mi barriga a esos extremos... asi que decidi darle lucha al enemigo y descubri el "spinning". Me volvi adicto al gimnasio por un par de años, pedaleaba 3 veces por semana, nadaba 2 veces por semana, y hacia caminatas, hiking, treking o como lo quieran llamar de vez en cuando y de cuando en vez... las chicas no abundaban (nunca ha pasaso, no me quejo... tema para otro post) pero tampoco faltaban, el sexo opuesto parecia notar los frutos de sudar la gota gorda todas las mañanas a las 7AM. El ambiente de este gimnasio era mas bien relajado pero eficiente, los instructores eran cordiales, las instructoras de spinning te motivaban y no hacian bromas pesadas, no note que se formaran grupos basados en la apariencia o nivel economico, pero si basados en antiguedad o previa conocencia... no tenia tiempo para socializar pues habia que ir a trabajar luego, igual hice unos pocos amigos y los del spinning nos hablabamos todos.
El tercero fue ya en tierras lejanas. Dado el tiempo extra que tenia por mi nueva condicion de estudiante, la necesidad de conocer nueva gente, y evitar perder el control nuevamente de mi eterna compañera (me refiero a la guata por si acaso... jeje) decidi frecuentar el gimnasio de la universidad, todos los estudiantes teniamos derecho a usarlo ya que el costo estaba ya incluido en los pagos quieras o no. Lamentablemente aqui no habian instructores, habian unas pocas maquinas de spinning pero sin nadie que de una clase, aunque toda la maquinaria era nueva faltaba la motivacion "audio visual". De todas maneras nos reuniamos ahi a pedalear un rato y trotar otro tanto junto a otros estudiantes foraneos como yo, incluso jugabamos ping-pong (tenis de mesa), voley y basket... lastima que los desarreglos de los fines de semana eliminaban cualquier progreso conseguido... no baje mucho de peso pero tampoco subi. Aqui habia poca socializacion, basicamente la gente que ya se conocia previamente asistia en grupo y la conversacion era minima con quienes trabajan ahi para mantener el gimansio limpio y en orden, que dicho sea de paso eran otros estudiantes mas de aquella universidad.
El cuarto - y probablemente no ultimo gimnasio al que asistire - fue uno nuevo en el barrio donde vivia hasta hace poco mas de 1 año, junto con Sarah decidimos eliminar unos cuantos kilos dada nuestra rutinaria vida sedentaria. Aqui por primera vez me senti fuera de lugar, la mayoria de personas eran al menos 15 años menor que yo y facil pesaban tambien al menos 15 kilos menos que yo, no eran descendientes de Adonis o Venus pero nos hacian sentir un poco incomodos... todos corrian cual galgos... no habia ni una sola maquina de spinning aunque si muchas para levantar peso y ejercitar tal o cual musculo, el precio era comodo, los instructores eran pocos (casi inexistentes), la nutricionista te decia lo mismo de siempre, pero felizmente el trato era siempre cordial. Despues de 6 meses con una asistencia bastante erratica decidimos abandonar la empresa y las consecuencias saltan a la vista si te enfocas en mi zona media.
Ahora en nuevo barrio, con metas claras y construyendo la voluntad para dejar atras todos estos kilos extras, creo que es hora de enfrentarme nuevamente a ese mundo de los gimnasios y su subcultura basada en el sudor, los gritos y las lagrimas que el estridente ruido de la maquinaria saca de cada ser.
Gimnasticamente.
sueles comentar??
ReplyDeleteque tal, también soy lectora de Guata ingrata :)
Hola Ivonne, si claro que comento en el blog "Guata Ingrata" pero lo hago con otro seudonimo o "handle" o como le llamen ;-)
ReplyDeleteGracias por visitar mi blog :-)