Por donde empezar, supongo que por cualquier sitio da igual, si no no seria locura. Mi hermana - la unica que tengo - parece que lee este blog pues recientemente comento en una tertulia post cena - osea la sobremesa - que mis posts son asi medio raros, que parece que estoy volado (ojo, hace decadas que me aparte de los vicios ilegales), lo dijo asi como con miedo agazapada detras de la silla que mi madre ocupaba en ese momento, quizas para no ofenderme o herir mis sentimientos y aspiraciones de "cuentero", o quizas para evitar algun comentario de mi madre quien no quiere saber nada de este mundo virtual, de computadoras, de la Internet y sus miles de cosas buenas y malas tambien.
Este asunto de la locura siempre lo tome en broma, nunca fue nada en serio hasta me divertia el hecho de que algunas pocas veces me calificasen de loco (casi al extremo de sentir orgullo), o que las locuras de mi padre hayan sacado una buena sonrisa y hasta carcajada de mi madre, mi hermana y las mias tambien. Tanto asi que jamas pense escribir al respecto, pero hace poco el tema se volvio un poco serio, lo eludi y no le quice dar importancia hasta que recibi una llamada de un tio muy querido. Mi tio empezo a divagar entre historias y hechos irreales pero muy seguro de si mismo, fue ahi cuando comprendi que a su avanzada edad y por la terquedad de no querer tomar sus medicamentos estaba experimentando un episidio de "falta de lucidez". Le segui la corriente por casi media hora, mi madre me dijo que a veces le ocurre esto a mi tio y ella tambien habla con el y le sigue la corriente, felizmente en su caso tan pronto restablece su ingesta de medicamentos vuelva a la normalidad en un par de dias, cualquiera que esa normalidad sea.
Anoche mientras veia el programa online de Guillermo Giacosa me llamo la atencion el comentario sobre un amigo suyo que decia que si no leia sentia que estaba muerto, asi el perder sus lentes era una tragedia y se desesperaba pero que felizmente en la optica ya conocian su medida y le hacian con cierta frecuencia un par de anteojos con tal solo llamarlos - esto ocurria cada vez que olvidaba los lentes en alguna parte de su casa - pero que habia acumulado como unos 50 pares dado que siempre terminaba encontrando los lentes originalmente perdidos, como para volverse loco pense. Ademas, hoy leia en el blog de Gustavo Faveron llamado Puente Aereo su apreciacion sobre un libro de Felisberto Hernandez y su relacion con la locura, esquizofrenia, psicosis, delirio o como sea que se le llame en estos dias. Puedo continuar con mas anecdotas, ejemplos y situaciones donde la locura es parte esencial de las mismas, pero con el sentido lucido de no querer volverlos locos los archivare en mi memoria, bajo una ruma de recuerdos que estan ahi descansando, esperando la oportunidad de brillar nuevamente cuando el delirio asi lo pida.
Sin embargo, despues de dar varias vueltas al asunto y para dar fin a este ensayo haciendole honor al titulo tengo que agregar mi locura, la que hace poco enfrente a media caña pero que finalmente dio la cara tras muchos años de represion consciente. La mia, como muy propia se manifesto un dia en casa mientras estaba solo, en forma de una ansiedad incontrolable por no tener todo ordenado y en su sitio, tal y como lo hacia de niño con mis juguetes, tal y como lo hacia de adolescente con mi coleccion de musica, llaveros, estampillas y monedas. Esa obsesion por el orden desmesurado ha podido llevarme a la locura, a perder el sentido de la realidad, a perder el contacto con los demas seres a mi alrededor. Ese dia comprendi en donde pude terminar de haber tomado otro camino distinto mi vida y el peligro que encierra el dejar que mi subconsciente tome el control junto con mi alter ego, ese que se deja llevar por su herencia genetica, por su reaccion logica/animal ante el caos natural y cuyo resultado final no seria mas que la locura. Esta vez fui afortunado y Sarah aparecio para rescatarme de mis innatas obsesiones y precarias demencias.
Delirantemente.
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